La Plaza de la Verdura es otro de los lugares más icónicos de Tolosa. Ha sido zona de mercado desde la Edad Media. Antiguamente era el emplazamiento de una alhóndiga donde, además de las hortalizas, se vendían carne y pescado a diario. A día de hoy, acoge cada sábado el mercado de flores y plantas.
La plaza empieza a adoptar el aspecto actual en 1840, cuando se derriba la alhóndiga y se construyen las casas que tiene a sus dos lados. Fíjate en sus arcos: aún mantienen la numeración con la que se identificaban los puestos de los artesanos, para que el ayuntamiento pudiera cobrarles el impuesto.
Otra curiosidad: ¿te has fijado que los dos edificios son asimétricos? El lado más próximo al ayuntamiento tiene 13 arcos, mientras que el otro, uno menos.
A finales del siglo XIX. surge la necesidad de crear un recinto tapado para el mercado. Así, en 1899. se añade la cubierta de cristal, obra del arquitecto Jose Alejandro Mugica. Destaca por su simetría y luz De ahí el otro apodo con el que la población local conoce a esta plaza: la plaza cristales. Hasta hace unas décadas, a ambos lados de la cubierta había coches aparcados y hasta una parada de autobús. ¿Curioso, verdad?
Aún hay más. Hay un punto en los soportales por el que se avista el reloj del campanario de la iglesia Santa Maria. Se dice que antaño, los niños y niñas que jugaban por esta zona, corrían hasta este punto para mirar la hora, y no demorarse en llegar a casa. ¡Cómo cambian los tiempos! Te voy a contar un secreto. El punto está marcado en azul en una de sus paredes, ¡así que ya sabes cómo encontrarlo!
Por último, mencionamos el busto que se encuentra en el centro. Representa al poeta Ramos Azkarate, quien pusiera letra a una de las canciones más destacables del repertorio del Carnaval: Galtzaundi.
Despedimos este capítulo disfrutando de ella, durante el concierto del pregón del carnaval de la Banda de Música, que el domingo previo al chupinazo reúne a centenares de personas en esta misma plaza.
Sigue por la Parte Vieja hasta llegar a la Torre Andia.