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9. Casa Lapaza

La Casa Lapaza es uno de los ejemplares más importantes de la arquitectura vasca.

Perteneciente a una importante familia de artesanos y comerciantes, la composición del palacio evidencia su capacidad adquisitiva, pues las dos primeras plantas están construidas con piedra caliza en sillería. Las plantas superiores, en cambio, están formadas por ladrillos de la Tejería Municipal. Tiene estructura de madera, un remate de balcones de hierro forjado y un alerón de madera tallada.

A su lado, tenemos a una de las calles más singulares de Tolosa: la calle Letxuga. Se desconoce el origen de su nombre, aunque hay quien apunta que se llama así por ser una de las calles más frescas de la villa. Se dice que fue esta calle la única que mantuvo la tradición de engalanar los portales con fresnos y espinos blancos el día de San Juan. Una costumbre tan arraigada a día de hoy, gracias a la labor del grupo de danza Udaberri.

También se dice que aquí comenzaron a decorar los balcones por motivo del carnaval, aunque en su origen lo hacían con sobrecamas. A mitad de la calle, al lado de la antigua tienda Garikano, encontramos escondida la centenaria sidrería Txaparro. Es la única que se mantiene a día de hoy, de las 28 que llegaron a contabilizarse en toda la Parte Vieja.

Aunque está cerrada al público, mantiene prácticamente intacto su aspecto. Aquí se reunían cuadrillas enteras y trabajadores para almorzar con sidra. Entonces no existía el txotx, por lo que se apuntaba el número de tragos de cada comensal con una tiza sobre la propia cuba. Las costumbres cambian, y ahora son los bares, con sus pintxos y platos, los lugares para comer, beber, y sobre todo, socializar. Hay donde elegir.

Sigue recto hasta el siguiente punto: el palacio de Iturritza.