Nos encontramos en el primer ensanche de Tolosa: la Plaza Euskal Herria. Se trata de una plaza neoclásica del siglo XIX, que destaca por su amplitud y simetría: cada uno de sus lados mide 50 metros.
Cada lunes se celebraba aquí la feria del ganado. Y hoy en día se ubican los puestos del mercado de los sábados.
El primer edificio que se construye es el Palacio de Justicia, cuya arquitectura dista del resto. Encima del reloj aún se conserva la balanza, símbolo de la jurisprudencia. También es el motivo por el cual la población local sigue llamándola Plaza Justicia. El palacio también fue cárcel, tanto en el siglo XIX, como durante la Guerra Civil.
Aquí encarcelaron al famoso poeta Jose Mari Iparraguirre, por ser autor de canciones que ensalzaban el nacionalismo vasco, como la conocida Gernikako Arbola. Se cree que, durante ese periodo entre rejas, compuso otro popular verso: Nere amak baleki, dedicado a su madre.
Si traspasar las puertas de este edificio era antes significado de encierro y melancolía, ahora nos traslada al colorido, alegre y mágico mundo de las marionetas. Desde que se remodelara el edificio en 2009, es sede del TOPIC, el Centro Internacional del Títere de Tolosa. Tiene un museo con figuras de todo el mundo, un centro documental, una residencia, aulas y hasta un teatro dedicado a este arte, algo único en Europa. Merece la pena la visita.
También es recomendable recorrer los soportales de la plaza y contemplar las pinturas de los techos, que son obra de cuatro reconocidos artistas locales: Iñaki Epelde, Jose Luis Longaron, Koldo Jauregi y Jose Mari Hernández. Además, alrededor de la plaza se forma un gran ambiente.
Hablando de ambiente: durante las fiestas es otra de las plazas que alberga momentos clave. La más destacable, quizás, durante el Día de San Juan, cuando todas las compañías de escopeteros se reúnen para realizar salvas conjuntamente. Justo antes, los gigantes bailan en la mitad de la plaza, mientras que los cabezudos lo hacen en los balcones del Palacio de Justicia. Una bella estampa, sin duda.
Volveremos a donde hemos empezado, para seguir con el recorrido: a la plaza Triangulo.